El dato del IPC constata el funcionamiento anómalo y enfermizo de nuestra economía, como consecuencia de la política económica que se está aplicando. El bajo consumo obedece a las dificultades de las familias para reducir su endeudamiento, por la pérdida de empleo, la caída de las rentas y la falta de confianza de los ciudadanos ante una recuperación que no perciben. Para evitar la deflación e incentivar la demanda UGT reclama otra política.