UGT considera que los datos del IPC reflejan las debilidades de la recuperación económica, consecuencia de una política fundamentada en la devaluación de las rentas de las familias y que no prioriza el empleo (el paro es nuestro mayor problema y el ritmo de creación de empleo y la calidad del mismo deja mucho que desear). Una política equivocada que vuelve a impregnar los Presupuestos Generales del Estado para 2016, irreales, decepcionantes e insolidarios.