Es la cara y la voz de la UGT, el hombre que lidera uno de los dos sindicato más importantes de España desde el pasado mes de marzo, coincidiendo -¡cosas del destino!- con la etapa de mayor inestabilidad política desde la transición. A Josep María Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956) todos en su entorno le llaman Pepe, haciendo honor a su fama de hombre campechano y sencillo que tiene un discurso de sindicalista en estado puro, sin ninguna concesión a la galería, pragmático y resolutivo.
“No nos llamen para negociar más recortes”
Este asturiano con fama de hueso duro de roer lleva más de tres meses como secretario general de UGT. A los políticos, sea cual sea el mapa final en el parlamento, advierte: el diálogo solo es posible para solucionar problemas, no para crear más.