Han pasado cinco años, el 23 de abril del 2010, desde que el gobierno griego solicitó el primer paquete de ayuda financiera al FMI para evitar la suspensión de pagos. Meses después, el 15 de diciembre de 2010, Irlanda aprobaba el plan de rescate de la UE y el FMI. Al año siguiente, en abril de 2011, el gobierno portugués pedía ayuda externa, reconociendo que no estaba en condiciones de pagar su deuda.